jueves, 26 de abril de 2012

Talento y suicidio

En el teléfono llevo sólo cuatro discos metidos: We started nothing de The Ting Tings, Greatest hits de The Offspring, Cuando el destino nos alcance de Lori Meyers (el que uso para pasar la aspiradora en casa) y Day & age de The Killers. Losing touch es el primer tema de ese long play que Human colocó en el estrellato. Pero me quedo con esta canción de apertura. Es la que más me gusta y es, sin duda, la que mejor se refiere a la noticia que me ha trastocado hoy: la muerte de Thomas Marth, el que fue saxofonista del grupo estadounidense.



"Consuélame en mi hora oscura, podría ser que la verdad sea siempre gris", dice la letra. La pena, que el bueno de Marth, al contrario que en Losing touch, no ha conseguido encontrar el camino de vuelta a casa. O que la única senda que vio transitable fue la del suicidio. Una lástima.

Tras un año largo de parón, The Killers retomó sus actuaciones en directo como previa a una gira con nuevo disco, Battle born, que arrancará en julio en Dover y que le traerá a España, al Dcode Fest en Madrid, en septiembre. Tendrá que ser sin el saxofonista que completó la formación en la grabación de Sam's town y en el exitoso Day & age, incluida la gira mundial que durante dos años llevó al grupo de Las Vegas a lo más alto de lo más alto.

miércoles, 11 de abril de 2012

Oscura y monótona

Lo tenía en mi lista de pendientes. Premio Tusquets de editores de novela de 2009. El jurado, presidido por Juan Marsé y compuesto por Almudena Grandes, Jorge Edwards, Élmer Mendoza y Beatriz de Moura. Pues no sé cómo iría la elección de emocionante, pero si hubiera dependido de mi voto, esta obra no hubiera ganado. El estilo narrativo de Sergio Olguín me ha gustado. En cierto modo, también sus tiempos. Pero la historia, en absoluto. En ningún momento llego siquiera a empatizar con el protagonista. Tal vez lo que se pretendía era eso. Pero ni me he dejado arrastrar por la supuesta espiral de caída libre, ni por la trama sexual, ni por los bajos fondos presuntamente desgarradores, ni por la obsesión, ni por la doble moral.  Simplemente, me ha dejado frío. No obstante, daré una nueva oportunidad al autor argentino si vuelve a caer una obra suya en mis manos. Ojo. Se lee rápido. Es ágil. Incluso en algún momento casi te puede hasta enganchar. Pero nada más. Es mi opinión. Seguramente equivocada. Seré difícil de impresionar. Pero Laura, tranquila, fue un buen regalo. El libro y, cómo no, que España ganara el Mundial de fútbol. El pulpo Paul también se podía equivocar. Y mejor que errase en un libro que no me ha aportado, pero que tampoco me ha quitado. Raro sería. Gracias por acordarte de mí. Ése es el mejor regalo.

Oscura monótona sangre está publicada por Tusquets Editores