sábado, 3 de diciembre de 2011

Apuesta segura

El día que murió Amy Winhouse me encargué de hacer el reportaje en Informativos Telecinco. Tuve esa suerte. Y más no siendo mi campo. Pues ese mismo día 23 de julio aposté que saldría un disco póstumo antes de Navidad. Sabía que no había riesgo. Obviamente, he ganado. Muchos artistas venden más de muertos que de vivos. Y los que fallecen de repente están entre los favoritos. La reacción es inmediata. Al igual que a un literato se le multiplican las ventas nada más ganar el Nobel, el mundo de la música reacciona de idéntica manera con los decesos. Amy volvió a colocar (dicho sin ningún doble sentido) su Back to black en los primeros puestos de las listas de ventas. Incluso Frank, su primer trabajo, repuntó. Imagino que muchos descubrieron incluso esos días que la Winhouse tenía un disco anterior al exitazo del álbum de Rehab.

Yo mismo descubrí su primer long play después de escuchar su segundo, allá por 2006. Rocío, cazatendencias donde las haya, lo trajo a casa el mismo día que salió a la venta en España. Back to black fue una compra excelente. Yo me encargué de adquirir Frank. Y lo conseguí a buen precio. Habían pasado 3 años desde su edición. Y habían transcurrido para ese cedé sin pena ni gloria en nuestros lares. Pero ese segundo trabajo fue un bombazo. Se emborrachó (dicho, sí, con doble sentido, pero con todo el cariño) de premios y éxito.

De fama y precipicios se ha escrito mucho. No gastaré ni un carácter más. Prefiero decir que Amy me gustaba. Ella, por descarada. Y su voz, por todo. Ese timbre, ese color... Qué potencia. Cómo envolvía. Pena que sus últimos conciertos fueran deplorables. No sé cómo se puede permitir que esas cosas ocurran. Sólo espero que ahora no se beneficien aquellos que simplemente la dejaron caer. O que no hicieron nada, aunque poco se pudiera hacer. Así que simplemente me seguiré quedando con la artista, que en este nuevo disco despedida (apuesto ya que no será el último) vuelve a demostrar que esta pequeñita era muy grande. Gracias Amy.


Lioness: Hidden Treasures sale a la venta este 5 de diciembre. 12 temas grabados entre 2002 y 2011. Unos, versiones. Un par, nuevas composiciones de Amy. Todos, inéditos. Y en todos, ella. Aquí os dejo con otros tres que ya se pueden escuchar por Internet. El primero, Body And Soul, un dúo con Tony Bennett, que quedó maravillado con esta colaboración. Así que como hizo él, disfrutadlos.




Más información en http://www.amywinhouse.com/

¡Todas a la cárcel!... al son del jazz


Me gusta la música. Me encanta. Toco (más bien tocaba) tres instrumentos y, aunque nunca lo he puesto en mi currículum, tengo completa la carrera de solfeo. Pues los musicales no me van. Entiendo que será la combinación de elementos la que me chirría. Aún así, he visto unos cuantos. El último, uno de los que más fama acarrean. Como que tiene película y todo. De hecho, una persona con mis mismas reticencias (no le saques más allá de Siete novias para siete hermanos) ya me había hablado -bien- de ella, de la película. Me refiero a Chicago, esa historia carcelaria, basada en un hecho real, ambientada en la capital de Illinois en los años 20.

jueves, 17 de noviembre de 2011

De raras fobias filiales

Estaba preparando esta entrada (Valeria lo sabe, se lo comenté hace un par de semanas) sobre José Donoso cuando hoy se me ha precipitado al blog. Acabo de leer en el diario El País que Pilar, su hija, ha sido hallada muerta en su casa de Santiago de Chile. Ocurrió el martes 15 de noviembre. Descansa en paz, Pilar. Buscaré, para honrarla, tu memoria, la que dejaste escrita en Correr el tupido velo y con la que acabaste compartiendo editorial con tu padre. Alfaguara editó la única obra de Pilar Donoso, ese repaso a la atormentada vida familiar, el año pasado. Este 2011, en julio, acabó de reimprimir El lugar sin límites, una de las novelas cumbre de su progenitor.

El escritor y periodista José Donoso la escribió en 1966, pero sigue teniendo una vigencia punzante y vital. Una historia nocherniega de latifundio y lenocinio que juega con la identidad, las ansias y los sueños enmarcados en el universo propio del autor chileno. Todo un acierto recuperar la historia de la Manuela. Historia que, como en muchos casos, alguien se ha encargado de traspasar a la gran pantalla. Arturo Ripstein convirtió el papel en celuloide en 1977, como en otras ocasiones ha hecho con otros libros. Por poner dos buenos ejemplos, El coronel no tiene quien le escriba, obra homónima de Gabriel García Márquez, o La virgen de la lujuria, basada en el relato de Max Aub La verdadera historia de la muerte de Francisco Franco. Sé que la adaptación de Ripstein de El lugar sin límites es una de los títulos claves de la filmografía del mexicano. Pero película de la que, de momento, y con todo el respeto, me voy a abstener. El libro abrió mi mente. No necesito una película para que me la cierre.

Un lugar sin límites está editada por Alfaguara

martes, 15 de noviembre de 2011

El chef ha muerto... ¡Viva el chef!

Veo que Ferrán Adriá ha escrito un libro. Muy bien. Enhorabuena. Pero puestos a leer algo de cocina y literatura, en plan bien mezclado, con buenos ingredientes y mejor sabor de boca, pues me quedo con una novela, ópera prima, de mi amiga Yanet Acosta. Sí. Sé que no es de buena educación hablar de los amigos. Sí. Sé que va contra el buen protocolo en la mesa. Pero de vez en cuando hay que coger las viandas con las manos y devorarlas con pasión. Es lo que me ocurrió cuando compré su libro. Sí. Lo compré. Ya he dicho que es amiga. Es más. Todavía no me lo ha dedicado. Eso quiere decir que hace tiempo que no nos vemos.

Como no me gusta revelar absolutamente nada de qué va el libro, sólo diré que es una historia de misterio ambientada en el mundo gastronómico. Una novela negra gastronómica si se prefiere. Cierto es que los que ronden ese universo notarán algunas referencias. Aunque la más clara no fue premeditada: la muerte de Santi Santamaría, uno de los cocineros españoles más reconocidos. Falleció en su restaurante de Singapur en febrero de 2011. Estaba con unos compañeros míos haciendo una entrevista. Se sintió indispuesto, intentó salir a tomar aire y se desplomó. Murió prácticamente entre los fogones, con el micrófono de corbata todavía puesto. Porque a veces la realidad supera la ficción. Aunque esta ficción, la firmada por Yanet Acosta, El chef ha muerto, esté sabrosona.

Más información sobre la obra en http://elchefhamuerto.wordpress.com/

El chef ha muerto, de Editorial Amargord

viernes, 11 de noviembre de 2011

Yo soy más de Astérix

En esta fiebre tintiniana que nos ha entrado aquí a todos, yo confieso que a mí ni fu ni fa. Que nunca me ha dado por el del flequillo. Reconozco que la peli que le han dedicado tiene mucho mejor pinta que las de los héroes galos. Y que estéticamente, para ser cool, puede quedar mejor colgar un cuadro basado en una viñeta o en una portada de la obra de Hergé que en una de Uderzo (y Goscinny). Pero yo me sigo quedando con Astérix. Y Obélix.

De hecho, Obélix y compañía fue el primer cómic de la colección que cayó en mis manos cuando no era todavía ni proyecto de persona. A partir de ahí, fui leyendo todos. Con el tiempo, me pegué el gustazo de comprarme la colección entera. En tapa blanda, una edición especial económica que salió, si no me equivoco, hace unos 15 años (o más, pero miedo me da calcularlo).

Seguro que Tintín será la bomba. Pero al igual que en la literatura, que pasé de golpe de los Hollister a Agatha Christie, yo ya andaba enfrascado en cómics de otro calibre para cuando me hubiera tocado leer algo del reportero y su perrito. Una vez cogí uno de los tomos del belga. Juro que me resultó aburrido por no decir otra cosa. No descarto que en otra ocasión vuelva a hacer un intento a ver si mis humores me colocan a la misma altura que los miles de devotos de sus aventuras.

Mientras tanto, sigo disfrutando con las historietas de Lutecia, de Abraracúrcix y los suyos. Me da igual que puedan ser repetitivas. Que el pobre Asurancetúrix acabe amordazado y los romanos soñando con que llegue el relevo. Lo que yo sigo soñando, que es posible poner en jaque a los todopoderosos. Que hay que ser irreductible a las convicciones. Y que se puede defender lo propio en armonía con el resto. Eso sí, no hay redbules que valgan. Donde esté una buena pócima...

Y mientras encontramos la fórmula del brebaje, podemos volver a retomar los clásicos que crearon Albert Uderzo y René Goscinny. Desde hoy, día 11 de noviembre, Salvat, a través de la editorial Bruño ha sacado a la venta la colección remasterizada. Sí, como si fuera una reedición de los éxitos musicales de Procol Harum o los Ramones. De momento, los 4 primeros tomos (tanto en castellano como en catalán; en euskera sólo los dos primeros). Un tamaño más grande y con una nueva versión restaurada, con colores e imágenes más nítidos. Las traducciones están revisadas y corregidas. Y en las páginas finales se incluyen planchas originales, ediciones de otros países y otras curiosidades. En primavera saldrán los cuatro siguientes. Y así, hasta completar la obra.

Astérix La Gran Colección está editado por Grupo Editorial Bruño

martes, 11 de octubre de 2011

Historias paralelas y confluyentes

Regalar un libro es sano, pero complicado. A ti te habrá gustado (si es que te lo has leído, claro), pero a mí me puede horrorizar tranquilamente. Y no te digo nada si no coincide en absoluto con los gustos propios. ¿Será que no me conoce? ¿Cree que soy así? Menuda paranoia. Elegir un éxito puede ser una solución. Un autor reconocido ayuda a acertar. Pero lo hace en la misma proporción con la que el regalo pierde personalidad. Cuando regalo un libro me gusta, al menos, que sirva para que esa persona descubra obra o escritor que, al menos a mí, me hayan llamado la atención. Y ya, acabo con la brasa previa inicial.

Para mi cumpleaños, una pareja de amigos me obsequió con una novela. Es de agradecer que viniera acompañada del tique de regalo. Aunque un regalo es un regalo. Y en mi caso no hacía falta. Además, se daban dos circunstancias: Una, que esta pareja tiene buen criterio. También lector. Y, dos, que acababa de volver de un viaje por escandinavia y el Báltico. En concreto, pasé por Estonia y Finlandia. Y resulta que la escritora es Sofi Oksanen, finlandesa. Y el libro, Purga, está ambientado en Estonia. Una joven rusa llega huyendo a casa de una anciana, una granja en un pequeño pueblo del país que acaba de recuperar su independencia de la Unión Soviética recién disuelta. La historia contemporánea se mezcla con la de los momentos previos a la II Guerra Mundial. Y contar más sería injusto.

Purga fue originalmente una obra de teatro. Pero la adaptación que Sofi Oksanen ha hecho de su propia creación es de premio. El de Mejor Novela Europea del Año entre ellos. El ritmo te va atrapando poco a poco. Lo cierto es que al principio desconcierta. Pero cuando te estás planteando si te está enganchando o no ya te ha atrapado. Tal vez ese "se lee sin aliento y con los dedos agarrotados" que firma la crítica del Berlingke Tidenden en la solapa sea exagerado. Pero lo de soberbia, brillante, un verdadero fenómeno literario sí que le hace justicia a no sé si una obra maestra, pero sí una novela más que recomendable.

Purga está editado por Narrativa Salamandra

sábado, 10 de septiembre de 2011

Airbag, el cóctel agitado pero no revuelto



Si por algo se caracteriza buena parte de la música que inunda radios y cadenas de videoclips es por la ñoñería. También porque un tío feo se rodee de chicas explosivas. O chicas explosivas exclusivamente que intentan demostrar que Traci Lords o Jenna Jameson eran unas castas, cándidas y puras. También hay artistas increíbles y vídeos musicales que se merecerían un Oscar. No es el caso, insisto, de esa colección de bandas y bandarras, ellos y ellas, de medio pelo, más productos de marketing que otra cosa. Que escudados en el pop aburren al personal en cuanto suenan los cuatro primeros acordes (si es que llegan a cuatro). Esa especie de música blandiblú* que no va a ningún lado pero que, fíjate, triunfa. Música sansirolé, letra sansirolé... De vez en cuando hay grupos que, por lo menos, rompen esa tendencia. Aunque su discográfica se denomine punk salvaje (la granadina Wild Punk), tampoco hay que exagerar. Sí que tienen arranques que a Sid Vicious le harían levantar una ceja. Tal vez se acercan más a los últimos temas de Green Day o (qué suavecitos) lo nuevo de Red Hot Chili Peppers -que la Sexta ha aprovechado como sintonía para el europeo de baloncesto 2011-. Las letras tampoco es que tiren a Cervantes de la cama, aunque seguro que a Quevedo le hubieran hecho gracia. Situaciones cotidianas, como ver una película porque el tráiler tenía buena pinta, que enérgicamente toman otra dimensión. Por lo menos, algo de potencia bien canalizada para los adolescentes, destinatarios principales de este trabajo, Manual de Montaña Rusa, que no lleva a despertar las sensaciones vertiginosas de la atracción, pero que esboza en la cara esa sonrisilla que se nos queda cuando nos bajamos de ella.

Y como estamos en la época, he seleccionado otro de los temas del disco, que han editado en CD y vinilo, con un toque surfero muy de su estilo.



Si te apetece escuchar el long play íntegro, puedes darte el gustillo en http://airbag.bandcamp.com/album/manual-de-monta-a-rusa-2

Y si quieres saber más del grupo, http://www.mondoairbag.com/

Ahí puedes encontrar los temas si quieres ver además de escuchar http://www.mondoairbag.com/videos/

*Forma habitual como se conoce el juego de Congost llamado Blandi Blub.

domingo, 28 de agosto de 2011

Guetta, que no jeta


Un poco vividor, sí. Pero es lo que tiene la noche. Siempre he admirado a los discjockeys que aportan valor añadido. Para pinchar discos, vale cualquiera. Para crear una línea musical coherente, la cifra se reduce. Y casi se queda en la mínima expresión si añadimos otra incógnita a la ecuación: fusionarse con el público. Recuerdo hace unos años que se empezó a poner de moda los discos de mezclas. Juraría que no tengo ninguno de aquella época, pero la horquilla era impresionante entre los mix terriblemente malos y los excelentes (para los que les gustara todo aquello). Confieso que siempre me picó la curiosidad por hacer un poco de scratch en mi tocadiscos, pero era cobardica. El cabezal de la aguja necesitaba algo de peso para que no saltara de surco en surco y no era plan que la peseta que tenía colocada para ejercer esa función se acabara cayendo. Respeto demasiado los vinilos para destrozarlos por muy horribles que sean los atentados auditivos que contengan.

No era (ni soy) de discotecas (he veraneado una vez en Ibiza y no he pisado ninguna, ahí queda eso). También he tenido la suerte de que los únicos diyéis que conozco personalmente, Txema Pinto y Dani Reoyo, son muy buenos y lo poco que he escuchado en vivo después no ha estado a la altura. O las circunstancias no eran las mismas, que todo influye. Y entre lo enlatado, de las pocas excepciones de artistas que me han encadilado en estos lares musicales, el galo David Guetta. Y parece hasta un chico majo. Mañana pone a la venta su último disco, doble para más señas (sólo un cedé en la versión estadounidense, chincha). Que nadie se sorprenda. Pero suena bien. Muy bien.



Más info sobre Nothing but the beat en su propia página web http://www.davidguetta.com/

Tras Where them girls at, que ya ha sido un éxito todo este verano, el segundo sencillo del álbum, Little bad girl, tiene también su videoclip listo.


sábado, 27 de agosto de 2011

Llega la colectatura (on-line, pero versión papel)

No. No es nuevo. No es la primera vez que VVAA firma un libro. Ni siquiera una obra única y de ficción. Pero no puedo empezar tan negativo. Arranco otra vez.

Parece mentira. De lleno en la segunda década del siglo XXI y todavía hay cosas nuevas por hacer y descubrir. Y yo sin gorro de plumas. Tengo que revisar mi fondo de armario aventurero. No así mis estanterías, porque acabo de terminar toda una novedad, un experimento narrativo que surgió on-line pero se ha hecho carne de papel.

Abro paréntesis. Hablar de carne de papel me ha recordado una novela fantástica en todos los sentidos y que, en su propia edición, también resultó un experimento curioso. La gente de papel, del mexicano Salvador Plascencia, editada por Mondadori. Cierro paréntesis.

http://www.tobe-continued.com/ ('continuará', toma N. del T. que me he marcado) inició el proyecto. Eligieron un padrino que escribiera el primer capítulo. A partir de ahí, lo que los participantes fueron creando. Un comité editorial seleccionó e hizo crecer la novela. En letras e ilustraciones. Pero Internet sabe a poco. Por mucho que estemos de lleno en la segunda década del siglo XXI el papel tiene ese empaque que lo virtual (este blog sin ir más lejos) no llega a materializar. Por eso, Voces para un blues negro puede presumir de ser la primera novela negra colectiva redactada on-line y editada como toda la vida. Y lo cierto es que el resultado está muy por encima del título. Si no lo sabes, no te das ni cuenta de que las aventuras del detective Fermín Colifatto las han parido distintas cabezas. Si se prefiere, no es un acabado irregular en el que unas partes quedan desconchadas, otras de gotelé, otras de cenefas y otras de mármoles de Macael.
Sí, reconozco que con Santiago Roncagliolo (Pudor, Abril rojo) como maestro de ceremonia inaugural no podía más que lanzarme a la lectura. Me gusta cómo escribe este limeño. Y no por pendolista. Desconozco cómo explaya su caligrafía. Sino porque es de esos autores que cualquier cosa que le leo veo bueno.
Roca Editorial ha apadrinado esta empresa. Y si ya de por sí editar un libro tiene ese toque de andanza de espíritu arriesgado, dar vida a este puzle literario tiene más miga todavía. Al menos, tendrán su mención en los libros de literatura si este nuevo género, por decir algo, llámalo colectatura, cooperatura o multiratura acaba por hacer algo propio. Si no, bienvenidos los experimentos. Al menos, como éste.


http://vimeo.com/25619633

Además de currarse un vídeo para 'anunciar' la novela, han hecho lo propio otro con las ilustraciones (que, entiendo, por costes, se han editado en blanco y negro y no en color, una pena, como los originales).

http://vimeo.com/26101699

Y puedes bucear en todo el proceso de creación de la novela, leer los capítulos finalistas y más en la página del proyecto http://tobe-continued.com/

viernes, 26 de agosto de 2011

Steven 'Súper cómodo' Spielberg

Sólo había escuchado dos comentarios sobre la película. Uno, que era como volver a la infancia, un homenaje a ET o Los Goonies. Otro, que ya se entendía el final insatisfactorio de Perdidos: J. J. Abrams estaba con la cabeza en este trabajo en vez de rematar una serie que, pese a todo, sigue siendo uno de los mejores trabajos televisivos en mucho tiempo. Aunque muchas veces resulta imposible, me gusta ver las películas sin saber absolutamente nada del argumento. Y ésta fue una de esas ocasiones. Lo único, que con esa información previa había que prepararse en condiciones. Si era un homenaje a nuestros 'clásicos', había también que poner de nuestra parte. El cine Capitol, en la Gran Vía madrileña, nos ofrecía la cinta en la sala 1. Perfecto. Sala grande, como hace años. A eso le añadimos un combo de palomitas que resultó un cubo casi de los de pasar después la fregona. Y dos refrescos nada menos que de 75 centilitros. Sólo faltó el poder haber tenido entradas de gallinero, las que nos podíamos permitir en nuestra niñez para poder ir, al menos, una vez cada fin de semana al cine. Si hubieran puesto algún cortometraje antes, la velada hubiera resultado ya todo un viaje astral. Así que con toda nuestra inocencia (y rodeados de treintañeros) nos dispusimos a ver la última apuesta de Spielberg. Por supuesto, Super 8 no llega a estar a la altura de otras obras dirigidas o producidas por don Steven. O, al menos, no me 'arrebató' como en ocasiones anteriores.

Recuerdo cuando salí del cine muchos años atrás de ver Encuentros en la tercera fase. Le dije a mis primos mayores con los que acudí (juro que la anécdota es verídica) un emocionado "quiero ver las dos primeras". Compredme. Era un churumbel. Pero esta producción cumple con lo que esperas. La factura, impecable. El efecto envolvente de Abrams, suficiente. El trabajo de los niños actores (siempre tan complicado como infructífero en los resultados), notable. En especial Ellen Fanning, una nueva aportación de la saga familiar. Lo mejor, que es una película de aventuras al uso, sin discursos grandilocuentes sobre la libertad ni otras patrioterías de las que tanto abusa Hollywood en los últimos años. Y no cuento más para los que, como yo, no quieren saber nada antes de ponerse ante la gran pantalla. Ni siquiera haré la comparativa con otra película que vi al día siguiente en DVD, de temática similar, presupuesto similar, pero factura y acabado completamente distinto. Lo dejo para un artículo posterior. Os dejo unas semanas para que intentéis buscar un cine con sala grande para, seguro que lo conseguís, retroceder tres décadas. Si tenéis hijos, sobrinos o similar, id juntos. Si no, tampoco os privéis. No será la mejor película de vuestra vida. Una más de las que firma Spielberg, en su estilo, sin arriesgar, cómodo como pocos se pueden permitir. Pero sólo por la experiencia, creo, merece la pena.

sábado, 2 de abril de 2011

La esencia de la esencia

Lápiz y papel. Es lo básico. Lo esencial. Seguramente la materia prima que todos nos hemos animado a usar cuando en el pupitre nos creíamos artistas. Sin pretensiones. O con ellas. Y ese espíritu primigenio cala en la obra de Ignacio Alcázar. Trazo tan firme como onírico, arrancando jirones de esencia a una realidad cotidiana. Coloco la vista en un plano, me quedo con una parte y cuento una historia. Me gusta. Y la mezclo hasta saborear una metáfora visual que no ha hecho nada por esconderse. Veo y oigo. Ruidos, melodías, susurros. Cada obra, una escena. Cada escena, un espíritu de diseñador y arquitecto, pero ante todo, de un artista. Y un retratista. Porque con dos o tres detalles, un par de ojos, pelo y poco más, a veces nada más, logra introducirte en su universo. Lo mejor, que te capta, que lo consigue, que eres tú en todo. La esencia de la esencia

La exposición, en la galería Movart de Madrid, que a partir del día 5 colgará la obra de Miguel González de San Román. Tiene también muy buena pinta.

viernes, 11 de marzo de 2011

El resurgir de la zarzuela

Jugaba el Real Madrid. ¡Y retransmitido por televisión! Sin embargo, el Teatro de la Zarzuela estaba prácticamente lleno. Que no se entere Mourinho. Me avisó el director de la Delegación del Gobierno de Navarra en Madrid (bueno, a mí y a un montón de navarros más) de que estaba en cartel una composición de mi vecino Joaquín Gaztambide. Estreno de una artista para más señas, con la que el tudelano triunfó en 1852 y que vuelve a escena siglo y medio después con una coproducción del Ministerio de Cultura y el Ayuntamiento de Oviedo. Me encanta la música. Ya lo siento. Y no podría ser objetivo. Pero la verdad es que todo el mundo salió encantado. Y las críticas que he leído por ahí, firmadas y anónimas, hablan maravillas de la sesión doble que ha programado el Teatro de la Zarzuela. Destaco una al azar: “De lo mejor que he visto en los últimos años”. Lo suscribiría, pero para eso debería haber acudido antes a esta sala o a una representación en vivo de zarzuela. Eso sí. Visto lo visto, apetece volver. El menú del otro día no estuvo nada mal. De primer plato, la partitura que escribió Gaztambide con el libreto de un ‘tal’ Ventura de la Vega. De segundo, lo que se considera la continuación: Gloria y peluca, de Francisco Asenjo Barbieri y José de la Villa del Valle. Una pena que sólo esté en cartel hasta el domingo 13 de marzo. Con todo el cariño, hay musicales, tan de moda, que no le llegan a la altura de la suela y que se eternizan. Ni algunos muy afamados y que he tenido el gusto de soportar. Pero bueno, mientras funcionen, alegría. Que no están los tiempos para ir contra lo que triunfa. Lo que sí animaría es a los que gustan frecuentar ese tipo de espectáculo que echen de vez en cuando un vistazo a la programación del Teatro de la Zarzuela. Es posible que, como me ha pasado a mí, se sorprendan y les encante. Suena a rancio, muy rancio. Pero nada más lejos de la realidad. Una puesta en escena muy cuidada y unas voces e interpretaciones interesantes. Las partituras de Gaztambide y Barbieri son prácticamente óperas. Engrandecen el género chico. Y la calidad vocal de Marco Moncloa, Fernando Latorre, Marisa Martins, María Ruiz de Orduña, José Manuel Montero y Sonia de Munck le dan lustre. También la aportación de Emilio Gavia. Pero del elenco de más de 60 actores y cantantes en escena, de todos ellos, me quedo con Edu Soto. Sí, el Neng, que demuestra que detrás de un arquetipo hay un gran tipo. Y un gran artista.

Si quieres echar un vistazo al vídeo de la obra, pincha en este enlace del canal del Teatro de la Zarzuela en youtube: http://www.youtube.com/watch?v=ASuc1v5Yys8

lunes, 24 de enero de 2011

Buena impresión (digital)

Lo mejor del arte es que te lo puedes encontrar en todas partes. Sólo hay que mirar con ojos de querer toparte con él. O descubrirlo de manera formal, como una exposición, pero en un Centro Cultural de barrio sin grandes pretensiones. Por ejemplo, el otro día, al salir de hacer como que me doblaba en yoga (y madrugo, que conste, para acudir a la clase, en La Elipa) me paré en la muestra Entre sombras (obra gráfica 2007-2010), de Enric Bardera (impresiones digitales en papel y aluminio). Reconozco que después de un cuarto de hora de meditación la vida se ve de otra manera. Y también que no creo que acabe ninguno de estos ejemplares en El Prado o el Reina Sofía. Y que no pagué nada por visitarla, ya que la entrada es gratuita. Pero la interpretación y reinterpretación de lo cotidiano me pareció, como poco, curiosa. ¿Por qué un árbol desnudo no va a poder ser el origen de una concepción artística? Al contrario. El mundo que nos rodea es la verdadera esencia del arte. Sólo, como he dicho, hay que mirar de otra manera. O, simplemente, mirar.
Entre sombras (obra gráfica 2007-2010), hasta el 13 de abril de 2011 en el Centro Cultural de La Elipa, calle Santa Felicidad, 39, en Madrid.

domingo, 9 de enero de 2011

Larga vida a Nuria Espert

Simplemente pudo ser que después de algo más de una hora torrefacta apagaron la calefacción. Pero lo cierto es que lo sentí. Terminó la obra y noté como se me erizaba el cabello a la altura de la nuca. Nunca me había pasado. Me gustó. Me gustó la experiencia y me gustó Nuria Espert. Confieso que siempre me ha transmitido distancia cuando he escuchado o visto alguna entrevista. Creo que el tono de voz, su cadencia al hablar... me retraen a la acepción peyorativa de 'diva'. Pero siempre procuro dejar los prejuicios en casa cuando me lanzo a un contacto directo. Y la Sala Pequeña del Teatro Español te remitía irremediablemente a eso. Siete filas. Casi notabas el aliento. Su interpretación superlativa no podía más que penetrarte hasta por los poros y poseerte. Un lujo del que poder presumir. Sé que entre los aplausos que obligaron a saludar cuatro o cinco veces a la artista están también los de un Sheakespeare emocionado al comprobar la fuerza revitalizada que Nuria Espert ha dado a su obra. Liviana y grácil en sus movimientos, parecía rejuvenecer. Sin embargo, pasaba sin alharacas de encarnar a la hermosa Lucrecia a transformarse en su abyecto verdugo, Tarquino. Ese talento sólo puede encerrarse en unos pocos. Y Nuria Espert, diva, diosa de las tablas, lo consigue en La violación de Lucrecia. Miguel del Arco reconoce sin ambajes que ya puede decir, y regocijarse, que ha dirigido a Nuria Espert. Como las otras 19 personas que han participado en el montaje, un monólogo sublime. Hay algunos 'peros', como el audio del oprobio en sí que, nunca mejor dicho, creo que deshonra la puesta en escena. Aunque la mayor afrenta, sin duda, que no se prolongue más tiempo esta maestría.